Después de nueve meses de espera para ver a tu bebé, es normal que todo lo que quieras hacer sea abrazarlo y no soltarlo de tus brazos. Sin embargo, esto no es siempre posible. Es por ello por lo que las hamacas serán tus mejores aliadas, pero existe cierta confusión sobre cuánto tiempo puede estar un bebé en una hamaca sin que llegue a ser perjudicial.
¿Por qué colocar al bebé en una hamaca?
Como ya sabrás, estas hamacas permiten que el bebé se siente en una posición semi horizontal y que pueda ver todo lo que pasa a su alrededor sin limitar su campo de visión, como pasa con las cunas. Es importante en sus primeros meses de desarrollo fomentar una buena exploración visual y que esa atención y motivación le ayude a ir enderezando poco a poco su cabeza. Además, están bastante seguros porque no se van a mover de la hamaca, sobre todo porque tienen un arnés de seguridad.
Asimismo, no es solo una herramienta para colocar al bebé para que se relaje, sino que también pueden jugar en ella, incluso hay padres que les alimentan en la hamaca porque es mucho más cómodo para ellos y para el bebé.
¿Cuándo puedo poner al bebé en la hamaca?
Esta es otra de las grandes preguntas porque se suele creer que a los bebés recién nacidos no se les puede poner en las hamacas, pero hay fabricantes que han diseñado modelos aptos para posicionar al bebé sin problema aunque tenga pocos días. Tampoco es necesario que mantenga la cabecita por sí mismo, aunque siempre es recomendable buscar modelos de hamacas que especifiquen que son aptas para recién nacidos.
Si aún así no te atrae la idea de poner al bebé en la hamaca con pocos días y prefieres dejarlo para más adelante, siempre es mejor hacer una prueba para ver cómo reacciona al estar en ella. Si al ponerlo en la hamaca se calma y se siente cómodo ya podrás dejarlo por más períodos de tiempo.
¿Cuánto tiempo puede estar un bebé en una hamaca?
No hay ningún estudio que especifique el tiempo máximo que un bebé puede estar en una hamaca, pero algunos médicos afirman que no deben permanecer más de dos horas tumbados en ella. También el comportamiento del bebé te indicará cuando está incómodo y debes sacarlo de la hamaca para cambiarle el pañal, darle de comer, pasarlo al suelo para fomentar la posición de prono o, simplemente, porque quiere que lo sostengas en brazos y dormir en su cuna.
Asimismo, es importante no sobrepasar la cantidad de tiempo recomendada, pues la cabeza tiene que estar en diferentes posiciones para evitar la plagiocefalia. Además, el bebé a medida que va creciendo, debe tener momentos en los que esté sentado con pocos apoyos para favorecer el control de tronco y la rotación a través del juego. Siempre debe estar supervisado por los adultos ya que todavía no controla la sedestación de manera autónoma y no es del todo seguro.
Los bebés necesitan socializar al igual que los adultos. Sácalo de la hamaca y juega con él en tus brazos o en la manta de juegos.
La hamaca es una situación perfecta para que el pequeño pueda experimentar a medida que va creciendo su propio movimiento con el autobalanceo y la sensación que le aporta la hamaca sobre su cuerpo, muy positivo para desarrollar su sentido propioceptivo.
Por otro lado, algunas hamacas se pueden graduar para que puedan estar un poco más vertical, así dar más control al tronco y cabeza que favorecerá que el bebé pueda dedicarse a experimentar más con sus brazos y manitas.
Hay que reconocer que las hamacas son una gran ayuda para los padres porque pueden tener el bebé a la vista mientras se relaja con el balanceo, pero hay que tenerlo controlado en todo momento y no sobrepasar el tiempo recomendado.